Industria -Dec 9, 2021
Cadena de suministros: ¿qué es y por qué es importante?
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La cadena de suministros es uno de los conceptos esenciales al interior de la logística de producción de un determinado producto o servicio. De este concepto, su buena comprensión e implementación derivará la calidad de los resultados finales. A continuación veremos todo al respecto para que tengas una idea clara de qué trata y cómo potenciarla. Todo esto con la idea de que mejores los resultados en tu negocio.
¿Qué es la cadena de suministros?
Se trata del conjunto de actividades, dependencias y medios de distribución necesarios para ejecutar, en su totalidad, el proceso de venta de un producto o servicio. Es decir, el procedimiento que va desde la búsqueda y compra de materias primas hasta su transformación en productos y posterior entrega al consumidor final.
En otras palabras, es una función logística que involucra todas las actividades fundamentales para que el producto llegué al cliente en las mejores condiciones. Esta cadena abastece todos los eslabones al interior de una empresa, previendo la información necesaria para generar los reportes de cada etapa. Estos datos te ayudarán a tomar mejores decisiones en cada una de las fases de tu negocio. De seguro, lograrás una mayor eficiencia.
Actividades que involucra la logística de la cadena
La cadena de abastecimiento puede variar en función de varios factores y estos dependen, a su vez, de los bienes y servicios que se ofrecen. De igual forma, entre las actividades puedes encontrar:
Planificación y administración de existencias.
Órdenes de compra.
Traslado y despacho.
Control de imprevistos.
Seguimiento.
Servicio al cliente.
Proceso de pagos.
Administración de garantías.
Un ejemplo de cómo se lleva esta cadena
Ahora veamos un ejemplo de cadena de suministros de alimentos, específicamente de una naranja producida en el mercado local. La cadena de abastecimiento en este caso integra las siguientes actividades:
La compra o alquiler de los terrenos para la plantación y producción de la naranja. Aquí se incluyen fertilizantes y todas las herramientas necesarias para dicha plantación.
Luego del crecimiento de los frutos, se encuentra la recolección de las naranjas, seguido de su correcto empaque y distribución a los centros de acopio o bodegas.
Como paso tercero, se encuentra el transporte de las naranjas a los puntos de venta, es decir, a los supermercados, almacenes, ferias libres y otros centros de venta.
Finalmente, la venta de las naranjas al consumidor final, lo que involucra los procesos de facturación y la etapa postventa, es decir, garantías, devoluciones, servicio al consumidor, etcétera.
En este ejemplo, puedes ver que en esta cadena se relacionan diversos representantes a diferentes niveles de intervención como agentes de adquisición, repartos, ventas y otros.
Estructura principal de la cadena: fabricación y rutas de entregas
A grandes rasgos, esta cadena de procesos consta de tres elementos fundamentales, los que son necesarios para que haya un correcto funcionamiento de las partes:
Suministro: Integra todas las actividades relevantes para adquirir las materias primas para la producción de los productos o servicios.
Fabricación: Esta etapa involucra todos los mecanismos necesarios para transformar la materia prima en el producto o servicio final, de tal forma que esté listo para su venta al consumidor.
Distribución: Integra todos los procesos involucrados para hacer llegar los productos o servicios al consumidor final. Estos procedimientos incorporan la red de repartos, los locales comerciales y las bodegas.
Tipos de cadena de abastecimiento
Como estrategia de organización de los procesos internos de toda empresa, existen seis tipos de cadena, los cuales tienen sus ventajas y desventajas y funcionan de mejor o peor forma para determinados tipos de negocio.
Tradicional: Cada una de las partes actúa de forma totalmente autónoma. Como no existe comunicación interna, puede que existan fallos a todo nivel, incluso en la última milla.
Directa: Esta integra únicamente tres participantes: el proveedor, la empresa vendedora y el consumidor final. Como es una cadena simple, se reducen los fallos al mínimo, incrementando la eficacia.
Estratégica: En este tipo debes planificar la logística en función de los puntos de interacción, es decir, adquisición, acopio y entrega. Puedes ahorrar costes, aunque lleva un poco más de tiempo.
Compartida: Las diferentes partes de tu cadena se ponen de acuerdo para realizar el suministro, tomando parte activa en cada etapa.
Sincronizada: Es una buena alternativa cuando tienes alta demanda, por lo que requerirás de un alto flujo de comunicación entre las partes involucradas.
Compleja: Por lo general, es el tipo de cadena utilizada por las grandes empresas. Como estas tienen diferentes líneas de producto, requieren de conexiones más complejas que integren todos los factores, para un control exhaustivo de las actividades.
Ofrecer un producto o servicio de excelente calidad depende directamente de la eficiencia de tu cadena de suministros. Te invitamos a que profundices en la relación entre tu mercadería y el despacho para establecer las mejores rutas de entregas y acelerar los procesos.