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La cadena de valor es un concepto abstracto que se ha ido popularizando con el tiempo pese a su naturaleza técnica. Es relativamente nuevo, data de hace 30 años, pero ha cobrado especial relevancia en los modelos de organización empresariales.
Toda empresa que quiera dar valor a sus productos, sin importar su naturaleza, puede optar por estudiar este modelo teórico de organización. Cuenta con etapas claramente definidas que te ayudarán a estructurar de mejor forma los diferentes estadios internos de tu empresa.
Además, con este concepto, se generan varias ventajas competitivas en relación con otras empresas que no usan un modelo como este. Los productos de éstas no adquieren el valor esperado, por lo que se estancan y suelen desaparecer. En este artículo, veremos lo más importante respecto a este modelo para que puedas implementarlo.
Es un modelo de negocios teórico que te permite conocer cada una de las actividades que se desarrollan al interior de tu empresa y cómo se vinculan y retroalimentan. Tiene por finalidad el mejorar la productividad, a la vez que otorga un mayor valor al producto final en comparación a uno al cual no se le ha aplicado este modelo.
Básicamente, existen tres tipos de cadena de valor. Cada una de estas, más allá del creador de este concepto, tiene su propia perspectiva sobre el asunto, así como sus ventajas y desventajas.
Es aquella que hace referencia a los servicios que puede entregar tu empresa. Ésta explica las seis actividades que deben estar interconectadas para dar respuesta a las oportunidades y demandas del entorno. Estas actividades son:
Esta, igualmente, divide las actividades en eslabones, pero está enfocada en las que se realizan tanto al interior de tu empresa como fuera, en una visión global del sector. Los eslabones se articularían de este modo:
La más utilizada, pues es la que conceptualizó el creador de este modelo teórico, Michael Porter. Establece cuatro ejes en el panorama competitivo.
La cadena de valor divide las funciones de tu empresa en dos: las actividades primarias y las actividades de apoyo, o secundarias. De esta forma, se genera una interrelación que ofrece valor a ambos segmentos.
Son las que tienen que ver con la elaboración física del producto. Entre estas están:
Como su nombre indica, son un soporte de las anteriores. Se incluye la participación de recursos humanos. Aquí, puedes encontrar:
Como su nombre indica, las diferentes actividades conceptualizadas en los eslabones, así como la cadena en su conjunto, tienen por fin último otorgar un valor agregado al producto, haciéndolo destacar por encima de otros productos de similares características.
Además, este concepto apunta a una mejora en los tiempos de respuesta a las demandas, evolución constante del producto, evolución del marketing y logística externa, para un incremento de las ventas.
Una empresa con una buena cadena de valor debe tener una logística interna capaz de satisfacer la alta demanda. A la vez, sus fábricas deben producir, en menos tiempo y costo, productos duraderos a partir de materias primas de calidad. Por otro lado, su logística externa debe asegurarse de que sus productos siempre estén disponibles en el mercado. Debe tener un marketing excepcional y un servicio posventa que solucione los problemas de los clientes sin problema alguno.
Ahora que ya sabes qué es la cadena de valor, no dejes de integrarlo en tu organización.
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